Sobre avances y alarmas

Somos capaces de resolver problemas nuevos porque nuestro sistema de procesamiento y evaluación de información (nuestro sistema neuronal) es capaz de evolucionar. Su estructura se modifica, aprende del pasado y adecua la experiencia a situaciones nuevas. Puede virtualmente generar situaciones para luego actuar de la mejor forma posible en la práctica. Es todo un logro de la evolución que, al parecer, ahora hemos creado artificialmente.

Un equipo formado por investigadores de la National Institute of Information and Comunication Technology, de Japón, y de la Universidad Tecnológica de Michigan ha conseguido crear un sistema, con base orgánica molecular, capacitado para resolver problemas complejos.

De esta forma, y según podemos leer en una noticia publicada en el diario Público, «su procesador puede producir soluciones a problemas cuyos algoritmos resultan desconocidos en los ordenadores».

Nos parece imposible determinar hasta dónde va a evolucionar la ciencia, hasta dónde seremos capaces de conocer nuestro cerebro y en la misma medida, hasta dónde podremos replicarlo, copiarlo y construir cerebros artificiales idénticos a los nuestros. Pero es inevitable pensar en los Nexus de Blade Runner y todas las implicaciones éticas que supondría crear seres igual que los humanos pero diferentes, seres igual a nosotros pero que no son nosotros.

En cualquier caso no es nuestra intención hacer ciencia-ficción, así que nos limitaremos a reseñar lo dicho, lo que hasta ahora se ha conseguido hacer. Aunque, a pesar de todo, dejamos apuntado un futuro artículo sobre las implicaciones éticas a las que nos podríamos enfrentar. Dejémoslo ahí, de momento.

Por último, nos gustaría apuntar, aunque solo someramente, un par de cosas respecto a una de las noticias más impactantes que hemos leído esta semana: La OMS asegura que el teléfono móvil puede producir cáncer.

Hemos leído al respecto muchos titulares alarmantes pero, en realidad, cuando íbamos al cuerpo de la noticia, la alarma se diluía cual azucarillo en la leche. Resulta que está en la misma categoría del café o del humo de los tubos de escape. Pero si todavía alguien sigue alarmado os dejamos el link a un artículo de Luis Alfonso Gámez que seguro os sacará todas las dudas.

Imagen:
http://www.ibermatica.com/ibermatica/prensa/informacion/notas-de-prensa/ibermatica-crea-un-sistema-que-reconoce-objetos-y-personas-a-traves-de-la-inteligencia-artificial

Comentarios