El cuidado de la amistad puntal de la felicidad

Esta semana seguiremos desgranando nuestro artículo del 30 de enero ¿Es la felicidad signo de salud?, y más concretamente los consejos para “ser felices” que daba el psicólogo Anthony Ong y a los que en dicho artículo hacíamos referencia, aunque de forma somera. Por eso, porque apenas los mencionábamos, hemos decidido hacer una serie de artículos desarrollando los consejos de Ong. En el de la semana pasada nos centrábamos en la vida cotidiana, en la necesidad de otorgar sentido a lo que hacemos día a día, de darnos cuenta que «es en la cotidianeidad en la que forjamos nuestro carácter». Esta hablaremos de las relaciones sociales.

A nadie se le escapa que la amistad es uno de los valores más importantes en la vida de cualquier persona. Los seres humanos somos en sociedad y es en las relaciones personales donde podemos desplegar nuestras aptitudes. Con nuestros amigos y amigas pasamos muchos de los momentos más importantes de nuestras vidas, disfrutamos y lloramos con ellos… Sea como fuera, nuestras vidas serían completamente diferentes sin ellos. Sencillamente serían peor.

Todos necesitamos amigos y amigas pero solamente podemos mantener contacto íntimo con un mínimo de ellos. Dentro de la jerarquía de la amistad, apenas podemos ser amig@s íntim@s de entre 5 y 12 personas. El resto se encontraría en una escala inferior. De hecho, un reciente estudio asegura que somos incapaces de procesar más de 150 relaciones sociales. A pesar de que los usuarios de las diversas redes sociales que copan internet, como facebook o tuenti, mantengan 300, 400 (o incluso más) amistades, si somos sinceros, con la mayoría de esos “amigos” apenas tienen relación. De hecho, más que amigos deberían llamarse contactos (aunque suene más frío).

Por otra parte, la capacidad de mantener muchas relaciones sociales, y de su calidad, depende en buena medida de nuestra amígdala, órgano clave de lo que se entiende como cerebro social, y su tamaño. Es decir, de la genética. Aunque es cierto que éste órgano cerebral es un auténtico desconocido y todavía apenas sabemos de su funcionamiento.

A pesar de todo, a pesar de las limitaciones tanto de tiempo, de espacio emocional y genéticas, podemos mejorar nuestra capacidad para tener amigos y amigas. Mantener la amistad de una persona es algo que se debe trabajar, necesita su tiempo y esfuerzo pero es sin duda alguna gratificante, aunque en ocasiones nos podamos sentir decepcionados.

Necesitamos de nuestros amigos y amigas para ser felices, sin ellos sería impensable tan siquiera imaginárselo. Así que es un imperativo que mantengamos y potenciemos lo que tenemos con nuestras amistades. No solo para ser felices, que también, sino sobre todo para ser humanos.

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