Lo que no sabemos de nosotros mismos

El consumo moderado de alcohol previene el deterioro cognitivo. Ya sabíamos de sus virtudes en otras áreas e incluso en el de la cognición propiamente pero un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Turku, la Universidad de Helsinki y el Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia lo vuelven a corroborar. Es cierto que se siente uno como en una especie de deja-vú continuo pero es parte fundamental de la ciencia. Nuevas investigaciones que a veces afirman y otras contradicen los datos de anteriores estudios. Así, lograr los mismos resultados o concluir de la misma forma no supone una redundancia, sino una consolidación de los datos, a la espera de que otros futuros estudios aumenten la certeza o todo lo contrario, descarten los anteriores.

Pero lo que verdaderamente nos gusta a nosotros es la novedad. La curiosidad que nos invade nos impele a buscar nuevos descubrimientos en el campo del conocimiento. Y de eso queremos tratar también esta semana.

Los que nos sigan habitualmente sabrán que solemos poner en duda el conocimiento que tenemos de nosotros mismos, o más bien, aseguramos que es bastante escaso. Y cada día encontramos muestras de ello.

Por ejemplo, ¿sabíais que desconocemos cómo vemos? Sí, nuestra percepción es un misterio que parece que se está desvelando poco a poco. Claro que existía una teoría acerca de cómo vemos el mundo pero no era del todo certera. Por eso decimos que desconocemos, o conocemos mal, que para el caso…

Imaginemos una escalera neuronal, donde en el nivel más bajo se encuentran las encargadas de recibir las percepciones externas, las cuales (esas percepciones en forma de información codificada) va escalando hasta el nivel superior. En cada estrato se iría añadiendo nuevos datos, desde las líneas que componen el objeto percibido pasando por el color… Finalmente seríamos conscientes de que es un gato lo que hemos visto.

Pues no. Resulta que así no percibimos. Es cierto que los científicos hacía tiempo que lo venían “sospechando” pero una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Duke, parece habernos colocado por la senda correcta, o por lo menos una más correcta.

Lo que hacen las neuronas de la corteza visual, al parecer, es predecir. Predicciones que luego se comparan con las percepciones percibidas y así descartar errores. Se produce una fluencia de doble vía, de arriba-abajo y de abajo-arriba, todo en cuestión de milisegundos.

Por simplificar, las neuronas “suponen” lo que van a ver y después comparan con la información recibida. Increíble. Y, es que, el cuerpo humano es maravilloso.

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