Retos para el sistema de salud

Esta semana nos haremos eco de tres investigaciones diferentes, con objetos de estudio que apenas tienen relación entre sí pero que, consideramos, las conclusiones de cada una de ellas sobre pasa los márgenes del propio estudio (algo que por otra parte es más o menos habitual). Quizás no hayan comprendido a qué nos referimos por eso vamos a entrar en materia, para aclararnos todos.

La primera investigación a la que nos queremos referir se ha realizado en el Instituto de Salud Pública, Epidemiología y Desarrollo en Bordeaux y establece que la exposición prolongada a los pesticidas conlleva serios riesgos de provocar demencia en las personas expuestas. De momento, lo que parece demostrar el estudio es que la sobreexposición a los pesticidas provoca un leve deterioro cognitivo pero todavía se desconoce si lo “leve” en un futuro se convertirá en “grave”. Para ello el periodo de análisis debe ser más extenso. En cualquier caso, asumiendo las conclusiones del estudio, el riesgo del trabajo agrícola sufre una vuelta de tuerca. De ser ciertas, los Estados debieran tomar medidas a favor de la salud de los trabajadores.

La segunda investigación de la que nos haremos eco sitúa a la mujer en el centro de la cuestión, ya que establece que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) contribuye a la protección de las mujeres de sufrir algún tipo de demencia. Sin embargo, la TRH puede producir las consecuencias inversas si se lleva a cabo muchos años después del inicio de la menopausia. El momento se convierte en crucial, algo que los sistemas de salud deberán de tener en cuenta.

La última investigación, realmente se trata de un informe publicado en la revista Nature, sin duda alguna nos parece la más interesante aunque aparentemente solo suponga un cambio en la denominación de una enfermedad: la esquizofrenia dejará de ser tratada como una enfermedad mental y será considerada como una enfermedad neurológica. Así, según Thomas Insel, del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos: «Nos estamos aproximando a la enfermedad como un desorden en el neurodesarrollo, con las psicosis como un estadio tardío de la enfermedad que se puede prevenir». Esto permitirá una detección temprana de la enfermedad, que hasta ahora no se produce hasta que está avanzada, en ese estadio tardío de la psicosis. Claro que hay que tener cuidado, pues se pueden producir “falsos positivos”, pero exigiendo el máximo rigor y cuidado a las personas encargadas del diagnóstico (como no puede ser de otra forma), es un paso importante para hacer frente a la esquizofrenia.

La tres investigaciones, o si se prefiere los dos estudios y el informe, a las que nos hemos referido suponen un claro reto para el sistema de salud a nivel global. Solo son tres pequeñas muestras que unidas entre sí, y con otras tantas, exigen un cambio radical de los servicios de salud y todo el entramado que lo sustenta.

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