Cuidando cuerpo y cerebro

Solemos decir en este blog que no debemos separar nuestra salud cognitiva de nuestra salud física. O, lo que es lo mismo, cuidando nuestro cuerpo cuidamos nuestra mente (y viceversa). Por eso una vida sedentaria no es buena ni para el cuerpo ni para la mente y el ejercicio es fundamental no sólo para llevar una vida sana sino también para mejorar nuestro bienestar futuro.

Una prueba de lo anterior, y podemos añadir una prueba más, es un estudio publicado recientemente por la revista Neurology y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pittsburgh, por el que se establece que andar unos 10 kilómetros semanales reduce el deterioro cognitivo en la vejez.

Según el director de la investigación, Kirk Erikson, «el tamaño del cerebro se reduce en la adultez avanzada, lo que puede causar problemas de memoria. Nuestros resultados deberían llevar a ensayos bien diseñados sobre el ejercicio físico en los adultos mayores como un enfoque alentador para prevenir la demencia y la enfermedad de Alzheimer».

Es decir, hacer ejercicio físico, en este caso andar unos 10 kilómetros a la semana, previene la reducción del cerebro en la vejez, por lo que ayudaría a combatir el deterioro cognitivo.

Aunque, como los propios autores del estudio reconocen, la investigación tiene ciertas limitaciones y hay que tener cierto cuidado a aceptar sus conclusiones. Es cierto, que dentro de los 299 voluntarios a los que se hizo un seguimiento durante 13 años, aquellos que realizaron ejercicio (los 10 kilómetros semanales comentados anteriormente) al finalizar el estudio mostraron una menor pérdida de volumen cerebral que aquellos que no lo hicieron, pero la falta de ejercicio puede ser el resultado y no la causa. Es decir, al tener una salud deficiente, no se pueden hacer grandes recorridos andando.

En cualquier caso, como ya hemos dicho varias veces anteriormente, si quieres cuidar tu cerebro, también tienes que cuidar tu cuerpo porque, al fin y al cabo, son lo mismo.

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