Red neuronal por defecto

La ciencia médica habitualmente se ayuda de la tecnología para avanzar en la investigación de las enfermedades. De esta forma a lo largo del s. XX y comienzos del XXI, y al albur del desarrollo tecnológico, la diagnosis y los tratamientos médicos han sufrido avances considerables. Tampoco nos podemos olvidar de que tales avances nos permiten conocer cada vez más y mejor nuestros propios cuerpos. En la última década, por ejemplo, es sorprendente cómo ha mejorado el conocimiento del funcionamiento del cerebro gracias a las técnicas de neuroimagen.

Gracias a estas nuevas técnicas los investigadores han realizado descubrimientos muy interesantes. Uno de los cuáles se ha dado a conocer relativamente hace poco. Desde 2001 un concepto fue ganando peso en el estudio del cerebro hasta que ha logrado tener su propio congreso.

Estos días se ha llevado a cabo el primer Congreso de la Red Neuronal por Defecto en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) como previo al Annual Meeting of the Organization for Human Brain Mapping, que también se celebrará en Barcelona.

La red neuronal por defecto se trata de un conjunto de parcelas (regiones) cerebrales que se encuentran tremendamente activas cuando nuestro cerebro está en reposo pero que se apagan cuando éste lleva a cabo diversas tareas cognitivas. Es decir, es la encargada de la creación de todos esos pensamientos que surgen cuando no estamos haciendo “nada”.

Según la psiquiatra Edit Pomarol-Clotet « [es la red que] está activa cuando estamos ensimismados en nuestro pensamientos, tiene relación con la conciencia de ser uno mismo».
Aunque su estudio es reciente ya se han publicado varias investigaciones que pueden demostrar la relación entre el mal funcionamiento de la red neuronal por defecto y ciertas enfermedades como la esquizofrenia, el alzhéimer, el autismo o los trastornos afectivos.

Las personas que tienen dificultades en desactivarla pueden padecer alguna de las enfermedades anteriormente mencionadas, así que saber cómo funciona y cómo se puede ajustar cuando su funcionamiento no es el adecuado nos permitirá curar (o por lo menos aliviar) algunas de las enfermedades cognitivas que sufre el ser humano y que hasta ahora parecían incurables.