¿Qué es el ACV?

Si sufre una pérdida repentina de fuerza en uno de sus brazos o piernas, o incluso se le paraliza la cara; si tiene problemas para hablar y caminar; si ve borroso y le duele la cabeza, lo más probable es que tenga un accidente cerebrovascular (ACV) también conocido como ictus cerebral o apoplejía.

El ACV se produce debido a la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, matando unas dos millones de neuronas por cada minuto que dura. Atendiendo a su etiología puede ser isquémico o hemorrágico.

En el primero de los casos, que también se conoce como infarto cerebral, el taponamiento de una arteria debido a una embolia (habitualmente en el corazón) o a la arterioesclerosis frena el flujo de sangre hacia el cerebro. Puede ser de origen vascular, intravascular (aterotrombótico o embólico) o extravascular.

En el segundo de los casos se origina propiamente la apoplejía. Principalmente se produce por la ruptura de un vaso sanguíneo encefálico. La causa suele ser un pico hipertensivo o un aneurisma congénito.

Como hemos señalado antes la pérdida neuronal es bastante importante por lo que el daño ocasionado a nuestro cerebro es muy grande.

Un reciente estudio realizado en Argentina asegura que la vida sedentaria y la hipertensión triplican el riesgo de padecer un ACV. Además, si sumamos estos dos factores con la ingesta abusiva de alcohol y otro tipo de drogas, nos encontramos con un cóctel que produce la mayor parte de los accidentes cerebrovasculares en personas menores de 50 años. El tabaco también aumenta considerablemente (entre un 50% y un 70%) la posibilidad de padecer la enfermedad.

Según explica Raúl Carlos Rey, jefe del departamento de enfermedades cerebrovasculares del Hospital Ramos Mejía: «Hoy sabemos, además, que el tabaco, el alcohol y las drogas son un factor de riesgo independiente de la enfermedad de la carótida. Si un paciente presenta uno de estos factores y le suma otro, la combinación hace que se potencien».

En el 80% de los casos el ACV es de tipo isquémico, (sucede por la oclusión de una arteria en el cerebro) y en el 20% restante es de tipo hemorrágico (se rompe una arteria cerebral).

Así que, como solemos recomendar, llevar una vida saludable, no abusar del alcohol, no tomar drogas y controlar la presión arterial (todos ellos factores controlables) nos evitará, o por lo menos reducirá notablemente, la posibilidad de padecer enfermedades cognitivas. En este caso, nos prevendrá del accidente cerebrovascular.