Cómo prevenir el ictus o ACV

Cómo prevenir el ictus o ACVHace una semana hablábamos en este blog sobre el accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus o ataque cerebral. Intentábamos aproximarnos a él ofreciendo unos apuntes respecto a su funcionamiento y porqués. Esta semana queremos hacer una nueva aproximación pero refiriéndonos más a los afectados que a la enfermedad.

En 2009, en la XXXVIII Reunión de la Sociedad Española de Neurorradiología (SENR), se estableció el ictus como la enfermedad que más muertes causa entre los hombres en España. Además, es la segunda causante de mortalidad entre las mujeres. También es la principal causa de incapacidad severa.

Cada año se producen en España entre 150 y 200 casos nuevos por cada 100.000 habitantes (en otros países como Argentina se estima que los nuevos casos anuales son de 126.000). Sumando aquellos que padecen algún tipo de discapacidad a causa de la enfermedad y todos los nuevos casos, el ictus consume anualmente entre el 3% y el 4% del gasto sanitario español.

Son cifras que consideramos que son preocupantes y que convierte al ictus en un tipo de enfermedad a la que es crucial hacer frente, sobre todo si tenemos en cuenta que el tipo de vida que llevemos es sumamente importante a la hora de padecerla.

Los principales factores de riesgo son la obesidad, la hipertensión, la diabetes o el consumo de tabaco (y otras drogas), por lo que si nuestro estilo de vida es saludable, controlamos la alimentación, no consumimos tabaco… estaremos reduciendo sobremanera la posibilidad de sufrir un ataque cerebral.

También es fundamental el tiempo de reacción. Quién sufra un ictus debe ser atendido por un medico lo antes posible. Durante las primeras cuatro horas tras sufrir un ataque, se puede usar una técnica intravenosa, posibilitando una mejo recuperación del paciente. A medida que pasa el tiempo, el daño sufrido se eleva exponencialmente y la recuperación se hace más difícil y onerosa.

Las secuelas de la enfermedad pueden postrar al enfermo en una silla de ruedas y hacerle perder (o disminuir) parte de sus funciones cognitivas. Con rehabilitación y esfuerzo se logra reparar buena parte de los daños sufridos, pero es difícil volver al estado anterior del ictus.

Como ya hemos recomendado anteriormente, y como solemos recomendar habitualmente, una vida sana, en la que cuidemos tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, es crucial para la prevención de muchas enfermedades. El ictus es una de ellas.

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