Inteligencia intuitiva

Cuenta Malcolm Gladwell, en su libro Inteligencia Intuitiva, un experimento llevado a cabo hace unos cuantos años por un grupo de científicos de la Universidad de Iowa. El experimento es muy sencillo: situaron cuatro montones de cartas boca abajo (dos azules y dos rojos) de los cuales los participantes, jugadores, debían ir cogiendo una carta. Con cada una de ellas los jugadores ganarían o perderían una cierta cantidad de dinero. Pero no sabían cuánta cantidad de dinero iban a ganar o a perder. De hecho, las cartas rojas ofrecían ganancias muy grandes pero también pérdidas enormes. Mientras que las de los montones azules aportaban una cantidad constante de 50 dólares y pérdidas muy pequeñas.

Los científicos descubrieron que de media, tras haber levantado unas 50 cartas, los jugadores empezaban a darse cuenta de cómo funcionaba el juego y que la mayoría de ellos, tras haber dado la vuelta a 80 cartas, entendían por completo el juego y podían determinar y explicar porqué no eran convenientes los montones rojos.

No parece nada nuevo, se trata simplemente de, tras adquirir cierta experiencia, aplicar lo aprendido. Es simplemente aprendizaje.

Sin embargo, el experimento constaba de algo más. Cada participante, mientras jugaba, estaba conectado a una máquina cuya función era medir la actividad de las glándulas sudoríparas de las palmas de sus manos (que responden tanto a la temperatura como al estrés). Gracias a esto, descubrieron que tras la décima carta levantada, las cartas rojas generaban a los participantes respuestas de estrés, ¡40 cartas antes de que fueran conscientes de cómo iba el juego! Es decir, los jugadores sabían cómo funcionaba el juego antes de darse cuenta de que lo sabían.

La tesis que Gladwell pretende mostrar con este experimento plantea que nuestra mente tiene dos tipos de estrategias para enfrentarse a las situaciones. Una, la consciente, que es la que nos resulta más familiar, es de la que nos damos cuenta y la que conocemos. La segunda, es mucho más rápida pero trabaja por debajo de la consciencia, pasa inadvertida.

Pero también plantea otra cosa más: la potencialidad de nuestra mente de que podemos hacer uso si logramos alumbrar, sacar a la luz, toda esa información que actúa inconscientemente.