Nuestra mente

Asegura Daniel Dennett en su libro Tipos de mentes que no es posible realizar un corte perfecto, de cirujano, entre el yo y su cuerpo. No puedo separarme de mi cuerpo, él tiene tanto de mí, de lo que pienso, de lo que siento, de todo aquello que me hace ser lo que soy, “como mi sistema nervioso”.

Es cierto, y por eso cuidamos nuestro cuerpo, porque somos nosotros. Pero no por ello podemos obviar la otra parte del conjunto: nuestra mente.

Si intentamos seguir cronológicamente el surgimiento de la mente podemos trazar un mapa mente y salud cognitivaconceptual por el cual nos encontramos con una generación ciega de organismos, siguiendo los principios de la evolución darwiniana, hasta que en un momento dado, surgieron criaturas capaces de desarrollarse, es decir, que no estaban diseñadas definitivamente cuando nacían. Podían rediseñarse parcialmente ajustándose a lo que sucedía en su entorno, son las llamadas criaturas skinnerianas (por el psicólogo B. F. Skinner). Su método era el de prueba y error. El problema es que si la primera prueba termina con nuestra vida, nos va a ser imposible repetir para mejorar nuestra respuesta.

Es mucho mejor el método por el que consideramos todas las opciones posibles y tras elegir la que creemos mejor, actuamos. De esta forma, dejaremos fuera comportamientos que no tienen ningún sentido y sólo atenderemos a los que tienen cierta posibilidad de llevarnos al éxito. Actúan de esta forma las denominadas criaturas popperianas (por el filósofo Karl Popper). Pero para llevar a cabo esa selección previa es necesario un entorno interior donde probar lo que las criaturas skinnerianas hacían en el mundo real, y lo que podía llevarles a la muerte. Ese entorno no es una copia del mundo exterior sino que es el lugar donde se almacena la información adquirida, bien por herencia o bien por adquisición, de tal forma que podamos desarrollar lo que somos. Podréis fácilmente suponer que los seres humanos, según esta descripción, seríamos criaturas popperianas.

Con esta presentación sucinta del desarrollo de la mente, pretendemos mostrar la importancia que tiene para llevar a cabo nuestros planes de vida. Debemos cuidar y entrenar nuestro cuerpo, no hay duda de ello, para poder hacer cosas. Pero sin una mente despierta, que sea capaz de gestionar de la mejor manera posible la información de la que dispone, estaremos limitando mucho nuestras opciones para realizar de manera competente aquello que queramos hacer.

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