¿Cuándo dejamos de tener consciencia?

consciencia y MRIA través de una imagen de resonancia magnética (MRI en sus siglas en inglés) los médicos pueden ver cualquier parte de nuestro cuerpo por dentro, y analizarlo. Utilizando un tipo concreto de IRM, que sirve para detectar el flujo de sangre en nuestro cerebro, se puede determinar qué zonas de nuestro cerebro se activan en cada momento.

Este último método fue el utilizado por un grupo de científicos británicos y belgas para analizar el cerebro de una chica en estado vegetativo permanente. En esta situación se encuentran aquellas personas que no dan ninguna muestra de tener conciencia ni del entorno ni de sí mismas. Por supuesto, tampoco reaccionan a ningún estímulo externo.

Sin embargo, la situación de la chica de nuestra historia difería un poco de la supuesta definición. Según Steven Pinker, que es el que cuenta la historia en El misterio de la consciencia, los científicos descubrieron que el cerebro de la muchacha funcionaba de una forma similar al de una persona sana. Cuando se le hablaba, se activaban las partes del cerebro relacionadas con el lenguaje, aunque ella no emitía ningún sonido. Si se le pedía que se imaginara andando por su casa, se activaban las zonas relacionadas con el reconocimiento de lugares y la navegación espacial. Aunque, por supuesto, no intentaba moverse ni explicar lo que estaba pensando. Aparentemente no reaccionaba a ningún estímulo pero su cerebro sí que lo hacía. Lo que el escáner indicaba es que, por lo menos en apariencia, tenía signos de consciencia.

Es una revelación crucial ya que no sólo en el campo teórico invalida, o puede hacerlo de demostrarse, la definición de qué es un estado vegetativo. Sino que en el campo de la bioética, en sus aspectos prácticos, a la hora de desactivar a una persona en una situación de estado vegetativo, nos enfrenta a una terrible posibilidad: que dicha persona tenga consciencia.

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