"La relación entre emoción y razón es estrecha y bidireccional"

Hace unos días leíamos en Tendencias21 una entrevista a Francisco José Rubia Vila, catedrático Emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, altamente recomendable para cualquiera que esté interesado en conocer más acerca del cerebro y su funcionamiento. Y teniendo en cuenta que eso atañe a lo que somos, creemos que debería interesar a todo el mundo.

La entrevista versa sobre temas variados, apenas apuntados, acerca del cerebro pero de todos ellos nos vamos a centrar en uno en concreto. No es que los demás no nos parezcan interesantes, en absoluto. Pero por el que nos decantamos sentimos cierta debilidad.

Quienes sean habituales de este blog sabrán que hemos hablado varias veces de la relación que existe entre la razón y la emoción. A lo largo de la historia del pensamiento se ha colocado una especie de biombo entre ambas, impidiendo así que se tocaran o se vieran, y se ha decidido arbitrariamente, sobre todo desde la Ilustración, dejar en el ostracismo a las emociones.

A pesar de que movimientos artísticos, tales como el romanticismo, han tratado de regenerar de alguna forma la parte emotiva del ser humano, no ha sido hasta el último tercio del siglo pasado que la ciencia, y más en concreto de algunas ramas de la neurociencia, ha decidido apartar aquél biombo impostado y poner frente a frente a la razón y las emociones.

En este sentido, a una de las preguntas del entrevistador, Rubia Vila ofrece una respuesta muy ilustrativa: «La relación entre emoción y razón no es antinómica. Se ha mostrado en pacientes con lesiones en estructuras del sistema límbico, o cerebro emocional, que tienen dificultades con los razonamientos. Por tanto, la relación entre emoción y razón es estrecha y bidireccional». Es más, apostilla el catedrático en otras de sus respuestas, «Todos sabemos que el almacenamiento de sus contenidos es más rápido e intenso cuanto mayor sea la carga emocional. En este proceso, el yo consciente no juega ningún papel».

Es decir, tanto en la memoria (a la hora de almacenar contenidos) como en los demás procesos de cognición (en la resolución de problemas…) las emociones tienen un papel fundamental. De hecho, sin ellas seríamos incapaces de tomar decisiones. En última instancia es gracias a ellas que podemos actuar, de lo contrario nos quedaríamos elaborando una lista infinita de pros y contras.

Es por eso que nos parece tan importante para conocernos, para saber cómo actuamos y cómo deberíamos hacerlo, restituir el papel que se merecen las emociones.

Imagen:
http://elcuartodeenmedio.wordpress.com/2010/12/12/%C2%BFdecide-la-razon-o-decide-la-emocion/

Comentarios

  1. Vaya, pues no me parece tan sorprendente. Ésto ya lo pensaba yo y no he pisado una Universidad. No hay nada más que pensar en que es lo que nos mueve a pensar, siempre emociones en pos de una necesidad vital.

    Un saludo.

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  2. Es cierto César, lo que sucede es que hasta hace no muchos años se ha tendido a restarle importancia a las emociones. Es más, lo que se ha pretendido es apartarlas de la toma de decisiones. La razón era la garante de una buena decisión, mientras que las emociones nos llevaban por caminos peligrosos (decían). De ahí la importancia de incidir en el error. De levantar el dedo y asegurar que sin nuestras emociones no solo no podremos tomar buenas decisiones sino que ni tan siquiera podemos decidir.

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  3. Es gracioso ver que la razón argumentada para apartalas surge de una emoción, o eso me parece... El querer hacer las cosas bien es algo que aprendemos enseguida por marcarnos a fuego las consecuencias del error... ¿Ese aprendizaje queda ya como emoción, no como pensamiento?... Vaya, si que es delgada la línea entre pensamiento y emoción...;)

    Vaya...¿crearán emociones los aprendizajes hechos mediante el pensamiento que eviten tener que volver a pensar?...ummm...lo mismo ésta es la base de los prejuicios..ummm..¡qué interesante! Y lo mismo este sistema es la base de la evolción...no se transmiten los pensamientos pero quizás sí las emociones...


    Por otra parte, el punto de equilibrio está en ser consciente de su importancia, de su papel, y de tener la habilidad de reconocerlas e intrepretarlas adecuadamente para hacer prevalecer aquellas que nos vayan a aportar una decisión más inteligente.

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  4. Y algo nuevo que me ronda la cabeza a propósito de ésto... ¿Realmente se transmiten emociones o aprendizajes profundos vía biológica o es simplemente cultural?
    Me viene ahora a la cabeza experimentos con polluelos en un nido que tenían comportamientos automáticos que no podían haber aprendido en su corto tiempo...y la cuestión es si ¿lo aprendieron generaciones pasadas o es algo que ya viene de serie?

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  5. Mira, justamente me acabo de tropezar con un tuit con un vídeo para pensar sobre ésto que te comentaba: http://www.youtube.com/watch?v=cWd_B_37KeM&feature=share

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  6. No tengo respuestas a tus preguntas. Aunque creo que nuestro condicionamiento es tanto genético como cultural. Ambos están intrincados influyéndose e influyéndonos a partes iguales (o similares). Tal vez algunos acontecimientos, aprendizajes... actúen como mutágenos.

    En cualquier caso, a tu pregunta de cómo se transmiten las emociones, si vía genética o cultural, yo creo que de ambas formas. Todavía queda mucho para conocernos.

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  7. Bueno, mira lo que he encontrado. Interesante. Para seguir pensando ;)

    http://youtu.be/DXRwwSORi9o

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  8. Muy interesante. Gracias por el link César ;)

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